50 años de Breakfast at Tiffany’s

Hoy hace 50 años que se estrenó en Nueva York la que es sin duda la película más conocida de mi admirada Audrey Hepburn, Breakfast at Tiffany’s, aquí conocida por Desayuno con diamantes, así que en este blog no podía faltar mi particular homenaje a uno de los films de los que soy capaz de recitar algunos diálogos (y mira que hablan rápido… ¿habéis tratado de verla en versión original sin subtítulos? ¡Imposible!) y de los que soy incapaz de contar las veces que los he visto.

Además, esta película tiene de especial para mí que creo que es la única que ha conseguido gustarme más que el libro original… aunque tal vez sea porque me lo leí bastante después y no era capaz de dejar de gritar en mi cabeza: ¡así no es! Y también porque me ha hecho escribir uno de mis más queridos artículos (el de «Maldito día rojo») y porque es, junto a Con faldas y a lo loco -mi peli preferida del mundo mundial- y alguna otra más, de los únicos DVD que tengo dos veces (en el pack de los mejores films de Audrey y en una edición especial que me regalo un gran amigo).

Bueno, y después de contaros mi particular historia con la película, os dejo con algunas curiosidades: muchas ya conocidas y otras menos, pero espero que os gusten.

– La película fue estrenada el 5 de octubre de 1961 en Nueva York, ciudad donde transcurre la historia de amor entre los personajes principales, y está basada en la novela homónima de Truman Capote -aunque el film cambie completamente el final-. A España llegó, censura mediante, el 12 de noviembre de 1963.

– El film logró cinco nominaciones a los Oscar, una de ellas para Audrey (el premio se lo llevó Sofía Loren por Dos mujeres, Audrey ya había logrado la suya por Vacaciones en Roma), y logró las estatuillas de Mejor banda sonora y Mejor canción, por «Moon River» , creadas por Henry Mancini y versionadas hasta la saciedad incluso por artistas de la talla de Frank Sinatra.

– Fue dirigida por Blake Edwards aunque en principio la batuta iba a ser para John Frankheinmer, al igual que el papel de Holly Golightly era para Marylin Monroe por expreso deseo de Capote hasta que Edwards cambió de opinión. Por cierto, el personaje está inspirado en la actriz Carol Grace, y Kim Novak se ofreció para hacer ella el papel pero fue rechazada.

– George Peppard tampoco fue la primera opción sino que le pilló «de rebote», cuando Steve McQueen lo rechazó por incompatibilidad de fechas con otros trabajos. Y sí, Peppard fue más tarde el famoso coronel Haníbal Smith del Equipo A.

– Audrey cobró por su actuación 750.000 dólares de la época, convirtiéndose en la actriz mejor pagada de entonces tras Elizabeth Taylor.

– Tiffany’s tuvo que abrir sus puertas un domingo para rodar las escenas que suceden allí.

– En 2007 se subastó el famosísimo Givenchy negro de la escena inicial de la película por más de 700.000 euros cuyo dinero se destinó a dos escuelas en Bengala (India). Por cierto, Audrey sufrió mucho para rodar esa escena porque lo hizo delante de muchos espectadores y curiosos y, especialmente, porque odiaba los pastelitos daneses que desayuna. Y en cuanto a la escena final con el gato bajo la lluvia, Audrey reconoció tratarse de la más dura de toda su carrera.

Y para los más cinéfilos…

– La película fue rodada en Technicolor.

– En la escena de la despedida en la estación de autobuses, en el plano contra plano, el cigarrillo va cambiando inexplicablemente de mano y la continuidad de las expresiones faciales en la conversación tampoco tiene ningún sentido.

– En una escena Holly se calza unas medias en su apartamento, a partir de ese momento, en diferentes escenas las medias van apareciendo o desapareciendo a voluntad.

– Cuando Holly sube a ver a Paul por la escalera de incendios, el reloj siempre marca las cuatro y media. Sin embargo ella al cabo de un rato dice:»Oh, Dios mío, ya son las cuatro y media».

Os dejo con la grandísima escena final…

¿Os gusta esta película?

¿Tenéis una historia con ella?